Desde el sector La Sibucara hasta la Curva de Molina va en silla de ruedas Marisela Fuenmayor, de 43 años, para poder hacerse sus diálisis. Son unos 12 kilómetros de recorrido de ida y vuelta tres veces por semana.

Sus dos hijos, de 8 y 14 años, se alternan para empujar la silla desde su hogar hasta la parada de la ruta que los lleva hasta la Unidad Integral de Diálisis de Maracaibo (UIDM).

Los menores y su madre realizan el recorrido por la deficiencia de unidades de transporte público en el sector donde viven, además de la dificultad que representa embarcar a la paciente con todo y silla de ruedas.

Esta familia atraviesa una muy dura situación económica, por lo que ciudadanos que conocen del caso acudieron a La Verdad para hacer un llamado a las autoridades municipal y regional, como también a instituciones y público en general, para prestarle toda la ayuda a estas personas a mejorar en lo posible su difícil situación.

Caminar y caminar, sin importar la circunstancia, el clima o el cansancio es ahora una imperiosa necesidad, apremiante para estas personas, luchando contra el reloj, pues pasado el mediodía casi nadie está en las calles de Maracaibo.

La soledad de la ciudad, esconde este y otras realidades. La de muchos que ahora deben caminar largas distancias en busca de alimentos para su hogar, medicamentos inclusive ir a un centro asistencial ante la ausencia de transporte público.

Contacto

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25 de Noviembre de 2020 - 03:42pm